Nuestros espacios cotidianos, tanto públicos como privados, se modifican constantemente, uno de estos cambios es cohabitar con la adicción a la conexión permanente a través de la tecnología móvil. En el siguiente artículo, se ha intentado analizar una situación de comunicación no verbal cada ve más corriente en nuestros días, las personas que caminan mirando su smartphone. Se ha elegido observar este comportamiento, en un momento tenso para muchas personas residentes de Nueva York, la llegada a una de las primeras estaciones nodales de Manhattan en transporte público. Este trabajo se ha realizado para la asignatura de Comunicación y Cultura del Grado de Antropología Social y Evolución Humana de la Universitat Rovira i Virgili de Catalunya..

Introducción

Uno de los rasgos que definió a la especie humana fue el bipedismo. Ese andar nos llevó más lejos y nos permitió que las manos fueran más funcionales. El caminar, se fue convirtiendo en una marca del nivel social e identitario. Nuestro modo de caminar indica, igualmente, status, respeto, estado de ánimo y extracción étnica o cultural (Hall & Hall, 2010). Ese rasgo de nuestra especie empieza a verse afectado, actualmente, por otro aspecto de nuestra evolución: la tecnología. Desde hace no mucho tiempo la tecnología ha adquirido una presencia muy destacada en nuestra cotidianidad, cómo vivimos y cómo nos comunicamos. Ha modificado también, nuestros hábitos y comportamientos, incluso aquellos que implican comunicaciones no verbales. El uso de la tecnología, genera implicaciones sociales y transformación cultural.

Analizaremos a través de la observación y percepción, las implicaciones e interpretaciones que tiene una situación cotidiana. Nos centraremos en la observación del comportamiento de mirar al móvil mientras se camina cuando las personas, en una estación nodal, conectan distintos trenes para ir a trabajar. A este comportamiento se le ha denominado en inglés smombie (smartphone + zombie), en grandes ciudades empieza a conocerse como uno de los problemas que más afecta al tráfico o movilidad, con causas mortales.

Studies from the USA have demonstrated that 11,101 distracted-walking injuries occurring between 2000 and 2011 were associated with smartphone use, showing a significant annual increase in distraction-induced injury rates (Smith et al., 2013) in (Park & Kim, 2021).

Descripción densa

Cada día por la mañana, residentes de Nueva York, tomamos el metro entre las 7 y 10 AM rumbo a Manhattan desde Queens, Bronx, Brooklyn o Staten. Al arribar a alguna estación nodal de Manhattan, hay muchas personas que conectan rápidamente una línea local con otra express, para llegar más rápido a sus trabajos. Una de esas estaciones es Lex, que conecta trenes locales (líneas amarillas) de Queens con Manhattan y trenes express (líneas verdes) de Bronx con Manhattan. Los andenes van paralelos en distintos niveles, el espacio es reducido y las personas se atropellan o apelotonan, se convierte en un bullidero de gente, si todo funciona correctamente.

El espacio de cada andén rondará los 5 a 7 metros de ancho, la multitud apretujada camina para encontrar la escalera, hay personas con menores que van más lento, también, población mayor y/o con problemas de movilidad, hay paciencia y comprensión en situaciones así. No se puede decir lo mismo, cuando se trata de personas que están mirando el móvil. Al principio, se piensa van muy lento, después, se le ven caminando errático, zigzagueando y, luego, cuando la gente que va detrás ve el brillo de la pantalla, estalla. Primero, las personas que caminan con rapidez quieren escaparse del metro cuanto antes. Alrededor de la persona del móvil, la gente empieza un baile de intranquilidad. Resoplan, tratan de adelantarles, no pueden. En vano les dicen “Excuse me”, pero no escuchan. Buscan aliados, hay otras personas mirando el smartphone y quien no, se resigna a ir despacio descendiendo hacía abajo. Finalmente, adelantan un paso o dos, encuentran un resquicio por donde pasar y empiezan a acelerar. Cuando pasan al lado de la persona que continúa mirando el teléfono, le dan un empujón leve a la persona del móvil y le espetan: “watch your feet!” amigable, otros en el más clásico estilo newyorker vociferan un rotundo: “fuck you”, o con un enojo mayor: “fuck off”. Sin embargo, muy probablemente, en dos segundos, cuando esa persona que insultó este esperando el siguiente tren, puede interrumpir el paso de otra persona por ponerse a mirar el móvil de la misma forma. Cada vez se ven más personas con este comportamiento. Lo cual ha generado consecuencias en la movilidad de la ciudad, que son el contrapunto de una ciudad considerada con un ritmo de vida frenético. Sin embargo, desde la perspectiva de la persona que mira el móvil, no es del todo consciente y “presente” de lo que pasa, esa persona se encuentra en otra dimensión, percibe lo que hay dentro de la tecnología.

Antecedentes

El caminar distraído por el uso de las tecnologías, es un comportamiento reciente a raíz de la incorporación de la tecnología móvil a nuestras vidas. Los smartphones de última generación son pequeños ordenadores. Si bien la tecnología digital existe hace algunas décadas, la explosión de utilidades y adaptación digital de lo que hacíamos de forma presencial se ha visto incrementado después de la pandemia.

Uno de los primeros fenómenos sociales que describió el comportamiento de caminar mirando el móvil, fueron los accidentes de tráfico que sufrieron jugadores de Pokémon Go. Más allá de los gamers, mucha más gente se ha ido conectando al caminar, con consecuencias parecidas. Según Park and Kim (2021), con la utilización de los móviles al caminar, aumentaron significativamente los accidentes. En 2015 en Alemania, se nombró el comportamiento como smombies (smartphones + zombies). Actualmente, existen otras denominaciones a este comportamiento. Algunas de ellas están presentes en Urban Dictionary (2016) que recoge colectivamente términos de jerga urbana en inglés, se encuentra: distracted walking, zombiewalking o dumbwalking.

El uso de las tecnologías en nuestros hábitos comunicativos diarios

Si bien el uso del teléfono móvil es de uso popular, podría existir una diferenciación en las aplicaciones del teléfono según el género. En la estación de Lex, se ha observado que las mujeres cuando utilizan el teléfono, hablan con otras personas, chatean o surfean por las redes sociales. Al contrario, los hombres observados, buscan música, miran Netflix o juegan. Como corrobora Villafuerte-Garzón y Vera-Perea (2018) en un estudio realizado en Ecuador sobre el consumo de tecnología por género, los varones ocupan más horas jugando videojuegos, y las mujeres prefieren las redes sociales. Se podría decir que, los hombres le dan un uso más recreativo (juegos, música, series), mientras que las mujeres es más productivo (trabajo, cuidados, gestión de hogar, relaciones sociales públicas o familiares).

Por otra parte, dentro de los usos de la tecnología que ha causado distintos tipos de comportamiento y han sido alertados en los últimos años, son el phubbing, gaming, binge-watching, nomophobia o sodcasting. Todas ellas, se pueden encontrar concentradas en el smbombie. Ya que, smbombie, es estar conectado al teléfono al momento de caminar.

Riesgos y consecuencias del smombie para el entorno

La percepción no sólo es recibir estímulos sensoriales del exterior, sino también atribuirles significado en el mismo momento de percibirlos (Sabido Ramos, 2017). En la estación de Lex, la percepción es que las personas van como autómatas, debido a que conocen la ruta, la gente desorientada es porque desconoce la ruta o son turistas. Como se mencionó, el uso de los móviles, tiene riesgos para la persona que lo usa caminando y consecuencias en las interacciones con el entorno. Según Pink (2009) en (García Grados, 2017) sobre el entorno y adentrarse en él, hemos vivido la situación siendo partícipe andando detrás de alguien smombie o convirtiéndonos en una.

Los riesgos de un smombie, se podrían definir según el tipo de uso en la Smombie Scale de Park and Kim (2021) en 4 factores: riesgo percibido, uso estacional, mensaje instantáneo pendiente y dependencia al smartphone. Esto según los autores generan distintos riesgos, siendo el caminar con el móvil, una aislación sensorial y embotamiento, el uso estacional un impulso ansioso igual que el mensaje instantáneo pendiente. Los autores consideran que el mayor riesgo se encuentra con la dependencia al smartphone. Una dependencia descrita como la utilización del teléfono en todo momento y situación, poniendo en riesgo sus vidas a diario.

En contraste, las personas que les rodean, algunas también con teléfono y otras no, presentan malestar ante este comportamiento. Pueden ser pequeños incidentes como tropezarse, empujarse, crear un apelotonamiento o el que sería el más alarmante, que ha sucedido, caerse a las vías. Las personas que van mirando el móvil, tienen una percepción del espacio y territorio distinto a una persona que va sin mirarlo. Se menciona en uno de los artículos estudiados que, el sentido territorial y el manejo del espacio constituyen también diferencias básicas entre personas de distinto origen étnico (Hall & Hall, 2010). Sin embargo, smombies podemos ser todas las personas, en la observación notamos que se produce en personas de distintos orígenes étnicos, edades y movilidades.

Multiverso: distintas realidades estamos comunicando en distintos planos

El espacio es cada vez más pequeño en ciudades como Nueva York, la vivienda, transporte, puesto de trabajo, entre otros. Debido en gran medida al incremento de desigualdades, separándose más la clase rica de la clase pobre, con una débil clase media. Sin embargo, el comportamiento cada vez más extendido de caminar mirando el móvil, podría ser una vía para la búsqueda de un espacio mayor o una escapatoria para no pensar en esas desigualdades. Un espacio grande, mucho más grande, espacios virtuales que ocupamos por medio de la imaginación o con la información que emitimos y recibimos a nuestro cerebro.

Según Vallverdú (2008) a través del sistema simbólico, el ser humano se adapta al medio. En esta situación, encontramos que la adaptación al medio pasa por no estar presente en él. La realidad del plano físico-presencial, es una que no merece atención, una circunstancia pasajera que lleva el cuerpo de un lugar a otro. La realidad que vive esa persona se encuentra en el plano virtual-cerebral.

Los seres humanos según Geertz (2003) somos completos enigmas para otra persona, poniendo el ejemplo de cuando se viaja de un país a otro. Se podría hacer la comparación de cuando una persona viaja de un plano presencial a otro plano virtual, se encuentra en una frecuencia diferente a la de su entorno presencial. Incluso en el plano virtual, puede tener diversos planos. La serie de Rick and Morty, Harmon y Roiland (2013), parodian sobre cómo una familia vive otras vidas en distintos universos, los multiversos, por los enredos que provoca el abuelo científico de la familia.

Al centrarnos en este comportamiento y una situación en concreto, nos adentramos a conocer un entramado de problemas socio-económicos-culturales que son las razones junto con las estrategias de “enganche” de las aplicaciones, para que una persona se desconecte del plano presencial mientras camina. Son vidas vividas en distintas dimensiones, una persona camina detrás de otra con sus sentidos alerta, mientras que, frente suyo, una persona se encuentra
inmersa en la gestión de su trabajo a través de una app, otra juega, otra chatea, otra se saca fotos a sí misma, etc. Esa persona no esta bajando la escalera para conectar con otro tren, su cuerpo esta en modo piloto, mientras su vida-mental se encuentra encandilada por un espejo brillante que le demanda toda la atención de su cerebro.

Reflexión final

Se ha intentado analizar y describir una situación que esta cada vez más normalizada, el uso de las tecnologías en cada acto de nuestras vidas. Lo que comenzaron siendo tecnologías de la información y la comunicación, han ido modificándose en extractores de datos, información y atención. La comunicación y la multiconexión con todo el mundo a través de las tecnologías, pero va convirtiéndose en un mero consumo. Una dependencia al consumo de imágenes de forma abusiva, como en el caso de los smombies. Siendo las tecnologías, una quimera que les impide relacionarse con el entorno y el resto de personas. El comportamiento como smombies demuestra al entorno que no se esta conectado a la presencialidad, sino comunicando en otros planos. Sin embargo, la comunicación implica siempre la existencia de un emisor (el origen de la acción expresiva) y de un receptor (el intérprete del resultado de la acción expresiva). Ambos pueden estar juntos o no durante su relación (Vallverdú , 2008). En este sentido, la persona no se comunica con su entorno, considera que esta comunicándose con otras personas. En realidad lo esta haciendo con una máquina, que tienen dentro aplicaciones, que transportan mercancía. Los datos, mercancía, de todas las personas de un lugar de dinero, a otro lugar de dinero, sin que ese receptor haya tocado nada, ese receptor aportó toda su atención en el consumo de la cultura digital mientras caminaba. Perdiendo la atención al plano físico-presencial que es el que alimenta a su cerebro. La cultura de la comunicación actual es de la hiperconexión, una hipertextualidad de dimensiones, pero esta tiende a evitar o anular el plano de la comunicación presencial. En palabras de Donna J. Haraway (1995) en García Grados (2017), la tecnología visual, tiene la capacidad para distanciar al sujeto conocedor de lo conocido y ocultarlo con el fin de poder ejercer un poder sin obstáculos.

Referencias bibliográficas

  • Fernández, C., Vicente, M. A., Carrillo, I., & Guilabert, M. (2020). How many smombies are there on the street? An observational study on the behavior of pedestrians with their smartphones. Figure 1. https://www.researchgate.net/publication/342454692_How_many_smombies_are_there_on_the_street_An_observational_study_on_the_behavior_of_pedestrians_with_their_smartphones_Preprint.
  • García Grados, C. (2017). La percepción participante como una herramienta metodológica feminista: Una aplicación a los estudios de género. AIBR. Revista de Antropología Iberoamericana, 12(2), 125–146. https://doi.org/10.11156/aibr.v12i2.68155
  • Geertz, C. (2003). Descripción densa: hacia una teoría interpretativa de la cultura. En La interpretación de las culturas. Gedisa.
  • Hall, E. T., & Hall, M. R. (2010). El sonido del silencio. En Lecturas de antropología social y cultural: la cultura y las culturas (pp. 179–193). UNED – Universidad Nacional de Educación a Distancia.
  • Harmon, D., & Roiland, J. (2013). Rick and Morty. Adult Swim.
  • Kim, D., Han, K., Sim, J. S., & Noh, Y. (2018). Smombie Guardian: We watch for potential obstacles while you are walking and conducting smartphone activities. PLOS ONE, 13(6), e0197050. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0197050
  • Park, S., & Kim, B. (2021). Development and validation of a novel instrument to measure pedestrians’ smartphone use: The Smombie Scale. Transportation Research Part F: Traffic Psychology and Behaviour, 82, 440–449. https://doi.org/10.1016/j.trf.2021.09.004
  • Sabido Ramos, O. (2017). George Simmel y los sentidos: una sociología relacional de la percepción. Revista Mexicana de Sociología, 79(2), 373–400.
  • Urban Dictionary. (2016, December 27). Urban Dictionary: dumbwalking. Urban Dictionary. https://www.urbandictionary.com/define.php?term=dumbwalking
  • Vallverdú, J. (2008). La teoría del símbolo y la cultura. En Antropología simbólica (pp. 13–33).
    Editorial UOC.
  • Villafuerte-Garzón, C. M., & Vera-Perea, M. (2018). Phubbing y género en un sector académico en Quito: Uso, abuso e interferencia de la tecnología. Convergencia Revista de Ciencias Sociales, 79(79), 01. https://doi.org/10.29101/crcs.v0i79.9156

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